La fórmula del matrimonio feliz
Y esta inmensidad de afecto tendría que ser mayor si se considera que toda pareja establece una relación frágil acechada por la predisposición genética, lo que bien explica Etcoff, que nos hace sentir atraídos por tres posibles personas; una primera por la que podemos sentir lujuria o un nato deseo sexual, una segunda por la que puede haber franca atracción romántica y una posible tercera por la que podríamos sentir apego en una relación de largo plazo. Afortunados los que controlan sus naturales deseos sexuales y son capaces de aplicar la fórmula de la felicidad marital de Etcoff.