El Tao de la salud, del sexo y la larga vida (II)


El consejo más práctico sobre el tema del control eyaculatorio procede del médico centenario Sun Ssu-mo, un adepto de la dinastía Tang que sobrevivió a tres emperadores porque practicaba lo que predicaba. Su norma general... era de dos eyaculaciones al mes, o 24 al año. Su régimen personal, empero, era de sólo una emisión cada 100 copulaciones. Sun llegó a cumplir 101 años.

Los libros de almohada taoístas hacen numerosas referencias a distintas pautas de penetración, como «tres empujes superficiales y uno profundo», «seis superficiales, dos profundos», etc., pero la más frecuentemente recomendada por los antiguos adeptos es la de «nueve superficiales, uno profundo». Además de servir como contrapunto rítmico a los empujes superficiales, dando a la mujer un repentino cambio de marcha, los empujes profundos son muy eficaces para «bombear» el pene de manera que recobre toda su dureza cada vez que el hombre pierde parte de la erección tras aplicar las técnicas para el control de la eyaculación. Los empujes profundos, además, también ejercen una estimulación directa sobre el sensible «punto G» de la mujer.

Los libros de almohada taoístas conceden gran importancia al estilo y al número de los empujes que el hombre efectúa durante el coito. Con frecuencia mencionan «un millar de empujes» como medida correcta para satisfacer por completo a una mujer. A los no iniciados, esto debe sonarles como una versión sexual del maratón de Nueva York; en la práctica, empero, un millar de empujes equivalen más o menos a media hora de hacer el amor, lo que no es mucho tiempo para un amante taoísta.

Durante los prolongados coitos taoístas, la adopción de diversas
posiciones proporciona interesantes cambios de ritmo y distintos puntos de vista para contemplar el cuerpo de la pareja. La variación es la sal de la vida, y el hecho de cambiar de postura «en mitad del partido» es casi tan excitante como cambiar de pareja.

El cerebro es irrigado por 2.000 litros de sangre cada día, y esta sangre debe pasar por muchos kilómetros de capilares. La corteza cerebral, por ejemplo, contiene 1.000 metros de capilares por cada gramo de su peso. Normalmente, el corazón debe realizar un intenso y constante esfuerzo para mantener la irrigación del cerebro a través de esta vasta red circulatoria, tarea que resulta aún más agotadora debido a la gravedad. En las personas sedentarias que hacen poco ejercicio, el esfuerzo circulatorio del corazón es todavía mayor, sobre todo cuando efectúan algún trabajo cerebral. La respiración diafragmática profunda alivia la carga del corazón y la traspasa al diafragma, que ejecuta esta tarea de forma mucho más eficaz y prácticamente sin esfuerzo alguno, gracias al aprovechamiento de las diferencias de presión entre el abdomen y el pecho.

Existen varias pautas rítmicas básicas que pueden utilizarse en la respiración profunda. Una consiste en hacer durar la exhalación el doble que la inhalación, con una breve retención y una breve pausa entre cada fase. Esta pauta de exhalación prolongada proporciona un vigoroso estímulo a la circulación de la sangre y de la energía, expulsa las toxinas de pulmones y torrente sanguíneo y estimula el nervio neumogástrico. Otra pauta respiratoria que suele utilizarse con frecuencia es la de dar la misma duración a las cuatro fases. Esta pauta favorece la asimilación de Qi, regulariza los latidos del corazón, disminuye la presión de la sangre y mejora el intercambio gaseoso en los pulmones.

La Respiración del Guerrero resulta mejor para los ejercicios de respiración terapéutica que pretenden fortalecer el cuerpo, absorber y acumular Qi, estimular la circulación de la sangre y favorecer la vitalidad y la salud física en general. La atención mental debe centrarse exclusivamente en el proceso respiratorio. La Respiración del Letrado se utiliza sobre todo para la meditación y para practicar la respiración rítmica durante las actividades ordinarias, tales como leer, caminar, trabajar y demás. La Respiración del Letrado no exige una atención tan exclusiva como la del Guerrero, ya que es más natural, pero la mente debe permanecer alerta en un segundo plano para verificar que las cuatro fases de la respiración se ejecuten rítmicamente. La fuerza impulsora en la Respiración del Letrado sigue siendo el diafragma, pero aquí no se expande ni se contrae en tan gran medida como en la Respiración del Guerrero.

Al principio se notan muy poco los efectos, pero después de practicar los ejercicios respiratorios durante unos 100 días, la eficacia de este método es inefable, y sus beneficios son cien veces superiores a los de cualquier medicina...
En realidad, el método es muy sencillo, pero hace falta practicarlo regularmente durante un cierto tiempo antes de obtener sus más profundos beneficios. Si lo intentas durante sólo 20 días, tu espíritu ya se sentirá diferente, la región del ombligo estará caliente durante la práctica, la cintura y las piernas te parecerán más ligeras y ágiles, y tus ojos y tu tez se volverán brillantes y lustrosos. Estos beneficios durarán tanto tiempo como uno siga practicando.

Todos los ejercicios taoístas exigen una cuidadosa coordinación de cuerpo, aliento y mente con el fin de cultivar y armonizar los Tres Tesoros de la esencia, la energía y el espíritu. Estos tres aspectos son inseparables. Si descuida usted cualquiera de ellos durante sus ejercicios, los otros dos se resentirán de inmediato. Si su mente, por ejemplo, está pensando en el menú de la próxima cena o recordando el encuentro sexual de anoche mientras practica los ejercicios, el cuerpo y el aliento pierden su «gobernante» y no pueden sincronizarse. Si realiza usted los movimientos físicos sin controlar la respiración, el cuerpo debe consumir la energía almacenada en vez de utilizar el suministro de Qi aportado por una correcta respiración y, si no suelta, estira y relaja adecuadamente el cuerpo, el aliento no podrá dirigir la sangre y la energía hacia los órganos, las extremidades y demás partes del organismo.

Daniel Reid
El Tao de la salud, del sexo y la larga vida (1990).



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