La auténtica felicidad (III)


La clave para refutar nuestros propios pensamientos pesimistas es, en primer lugar detectarlos, y luego tratarlos como si pertenecieran a otra persona, un enemigo cuya misión en la vida fuera hacernos desgraciados.

En cuanto se percate de que está desarrollando un pensamiento pesimista al parecer injustificado, enfréntese a él siguiendo el ACCRE. En este modelo A significa adversidad, C las creencias o ideas previas que emergen automáticamente en presencia de los acontecimientos negativos, C las consecuencias habituales de dichas ideas previas, R el rebatimiento de la creencia rutinaria y R la revitalización que se produce cuando la refuta con éxito. Si consigue contradecir con éxito las ideas previas asociadas a la adversidad, cambiará su respuesta de abatimiento y rendición por otra cuyas características sean la energía y el buen humor.

Los placeres... “sensaciones crudas”... Son efímeros e implican muy poco, o nulo, pensamiento... Las gratificaciones duran más que los placers, implican más pensamientos e interpretación, no se convierten fácilmente en un hábito y nuestras fortalezas y virtudes las refuerzan.

Introduzca en su vida tantos acontecimientos placenteros como sea posible, pero hágalo de modo que transcurra más tiempo entre los mismos del que permite normalmente... Tome una cucharada de helado y espere treinta segundos, que le parecerán una eternidad. Si ya no desea con todas sus fuerzas la segunda cucharada, tire el helado a la basura... literalmente. Si lo sigue deseando, tome una segunda cucharada y vuelva a esperar. Esté siempre dispuesto a detenerse.

… cinco técnicas que favorecen el disfrute:
Compartir con otras personas...
Guardarlo en la memoria...
Autoelogio...
Agudizar la percepción...
Ensimismamiento...

Ante la disyuntiva nocturna de escoger un buen libro y ver una serie cómica en televisión, a menudo elegimos esta última, aunque las encuestas evidencian sistemáticamente que el estado de ánimo general mientras se ven este tipo de programas es de depresión leve. El hecho de acostumbrarse a escoger placeres fáciles en vez de gratificaciones puede tener consecuencias indeseadas.

Los placeres se hallan fácilmente, y las gratificaciones, que son resultado de la puesta en práctica de nuestras fortalezas personales, se obtienen con esfuerzo. Por consiguiente, la determinación de identificar y desarrollar tales fortalezas es el gran amortiguador de la depresión.

Jugar tres sets de tenis o participar en una conversación inteligente, o leer a Lord Byron exige esfuerzo, al menos al principio. En cambio, no ocurre lo mismo con los placeres: ver una serie cómica, masturbarse e inhalar un perfume no supone ningún reto. Comer patatas fritas o ver un partido de fútbol televisado el lunes por la noche no exige ningún esfuerzo ni habilidad, y no cabe la posibilidad de fracaso.

Cuando impartí mi último seminario sobre Psicología Positiva en la Universidad de Pensilvania, pedí a los estudiantes que se presentaran, no con el trillado “soy un estudiante de tercer año con una doble especialidad en economía y psicología”, sino relatando una historia sobre ellos mismos que pusiera de manifiesto una fortaleza. (Estas presentaciones suponen un contraste cálido y refrescante a mi seminario sobre psicología clínica, en la que los alumnos suelen presentarse agasajándonos con historias de sus traumas infantiles.)...

La vocación es un compromiso apasionado con el trabajo por él mismo. Las personas con vocación consideran que su labor contribuye al bien general, a algo que trasciende al individuo, y por ello la connotación religiosa resulta por completo apropiada.

… cualquier trabajo puede convertirse en una vocación y cualquier vocación en un trabajo. “Un médico que considere su empleo como un trabajo y que sólo le interese ganar un buen sueldo no tiene vocación, mientras que un basurero que considera que su trabajo consiste en hacer del mundo un lugar más limpio y saludable podría tener una vocación.”...

La fluidez, como recordarán, es un sentimiento positivo respecto al presente que no va acompañado de pensamientos o sensaciones conscientes. Mike [Csikszentmihalyi] ha descubierto en quiénes abunda (los adolescentes de clase obrera y la clase media-alta, por ejemplo) y quiénes no tienen demasiada (los adolescentes muy pobres y los muy ricos)...

Greg Garamoni y Robert Schwartz, dos psicólogos de la Universidad de Pittsburgh, decidieron contar el número de pensamientos positivos y negativos de distintas personas y observar la proporción de cada grupo. Como investigadores exhaustivos se centraron en “pensamientos” de diferente índole: recuerdos, ensueños, explicaciones, etcétera. Basándose en 27 estudios llegaron a la conclusión de que las personas deprimidas presentaban en proporción idéntica pensamientos positivos y negativos. Las personas no deprimidas, en cambio, duplicaban los positivos. Esta conclusión puede sonar un tanto simplista, pero es poderosa, y es respaldada también por los resultados de la terapia, ya que los pacientes deprimidos que mejoran pasan paulatinamente a tener el doble de pensamientos positivos. Los que no mejoran permanecen en la situación de igualdad entre positivos y negativos.

... una vida plena consiste en experimentar emociones positivas respecto al pasado y al futuro, disfrutar de los sentimientos positivos procedentes de los placeres, obtener numerosas gratificaciones de nuestras fortalezas características y utilizar éstas al servicio de algo más elevado que nosotros mismos para encontrar así un sentido a la existencia.

Martin Seligman
La auténtica felicidad (2002)


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