El sistema educativo elimina el difrute del aprendizaje

Lo que argumenta Csikszentmihalyi acerca del "disfrute" explica por qué los sistemas educativos entorpecen el proceso natural del aprendizaje. Un adolescente que no encuentra disfrute en el aula será víctima fácil del placer evanescente que atrofia el desarrollo de lo que puede ser una personalidad compleja. XXX 

Dice exactamente en “Fluir. Una psicología de la felicidad”: 

La absorta concentración que aparece en la cara del niño cada vez que aprende una nueva habilidad es un buen indicio de qué es el disfrute. Y cada ejemplo de agradable aprendizaje se agrega a la complejidad creciente de la personalidad del niño. 

Por desgracia, esta conexión natural entre el crecimiento y el disfrute tiende a desaparecer con el tiempo. Quizá porque “aprender” llega a ser una imposición externa cuando empieza el proceso educativo; la excitación al dominar nuevas habilidades desaparece gradualmente. Llega a ser algo demasiado fácil quedarse dentro de los límites estrechos de la personalidad que se han desarrollado hasta llegar a la adolescencia. Pero si uno es demasiado complaciente y siente que la energía psíquica que podría invertir en nuevas direcciones se derrochará a menos que haya una buena oportunidad de conseguir gratificaciones extrínsecas, uno puede acabar por no disfrutar de la vida y el placer será la única fuente de experiencias positivas.


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